San Claudio de la Colombiere no es de esos santos que hicieron grandes milagros, tuvieron visiones o se destacaron por su teología ejemplar. No. Pero fue el santo por el que santa Margarita María de Alacoque le rogó a Dios.
Gracias a su labor de confesor, millones de almas fueron ganadas para el Sagrado Corazón. Por su importante rol en la difusión de esta devoción, Cristo derramó gracias y privilegios sobre la Compañía de Jesús.
San Claudio de la Colombiere, santo confesor
El padre San Claudio de la Colombiere fue de esos santos que estuvieron en los acontecimientos importantes de su época pero no figuran en los índices de los libros. Tutor de ministro de Finanzas de Luis XIV, ferviente opositor a la herejía jansenista y estuvo preso en la Inglaterra de Jacobo II acusado de complot. Gracias a la intervención de Luis XIV salvó su vida, pero él ya la había entregado al Señor.
Nació de en Francia en a mediados del siglo XVII y entró al sacerdocio con 4 de sus 7 hermanos. Se unió a la Compañía de Jesús y en 1675 se le nombró superior del colegio de los jesuitas en Paray le Monial, casualmente la misma ciudad en que vivía Santa Margarita María de Alacoque.
Por cosas de la Providencia San Claudio de la Colombiere tuvo la oportunidad de ser el director espiritual de esta santa vidente. Ella misma nos recuerda:
“El Padre Claudio vino a predicarnos un sermón, y mientras él hablaba oí en mi corazón que Jesucristo me decía: ‘He aquí al sacerdote que te he enviado’.”
Este santo sacerdote fue el confesor porque el que santa Margarita tanto había rogado. Su guía espiritual la orientó en la aceptación de la revelación privada de Dios.
“Me insistía continuamente que aceptara cada día el que se cumpliera en mí todo lo que la Santa Voluntad de Dios permitiera que me sucediera, y me enseñó a apreciar los dones de Dios y a recibir las comunicaciones divinas con fe y humildad”, comenta la santa.
Las gracias para la Compañía de Jesús
Tanto hizo este servidor de Dios por propagar la devoción al Sagrado Corazón que obtuvo una bendición especial para la Compañía de Jesús. Así nos lo cuenta santa Margarita en una de sus cartas:
“Nuestro padre de La Colombiere ha alcanzado que después de nuestro Instituto sea favorecida la Compañía de Jesús con todas las gracias y privilegios particulares de esta devoción del Sagrado Corazón”
Según la santa, el Corazón de Jesús “espera mucho de esta Santa Compañía y tiene grandes designios sobre ella. Por esto se ha servido del buen padre de la Colombiere para dar principio a la devoción de este Sagrado Corazón.”
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